3/02/2008

EL RÉGIMEN DA LA ESPALADA AL CAMINO DE LA LIBERTAD

Hoy se cumple una semana de que la dictadura nombrara al nuevo dictador y sus manos duras y viejas. Las noticias que nos llegan sobre Cuba, siguen siendo las mismas. Represión contra el movimiento democrático, arrestos, desalojos en diferentes lugares de la isla, y el descontento cada vez más evidente de la población.

Continúan la persecución contra los cubanos que instalan cables y parabólicas clandestinas para recibir señales de televisión del mundo libre y el dictador retirado continúa con sus extensos telegramas en la prensa y su acostumbrada retórica, ahora más incoherente por sus facultades disminuidas.

¿Qué ha sido noticia?, Pues pudiéramos decir que la visita del Cardenal Tarcisio Bertone con sus bochornosas declaraciones halagando a Raúl Castro, y la conversación que sostuvo este último por teléfono con el otro tiranorsuelo Hugo Chávez, donde es evidente el estado de embriaguez de quién ahora tiene en sus manos el destino de Cuba, algo que además no es sorpresa, pues es vos populis en la isla y fuera de ella, que el hermano menor de Fidel es un alcohólico.

A pesar de las evidencias, existen quienes aún se empeñan en ver cambios favorables en lo que ha ocurrido en la isla en las últimas semanas. Y es que quienes piensan así, o no aprenden, o no quieren aprender. En momentos en los que más aún deben redoblarse las exigencias a la dictadura para que realice verdaderos cambios, no pocos se siguen dejando manipular por las jugadas burdas del régimen castrista.

Hay que preguntarse con honestidad. ¿Acaso podemos creer realmente que la actual dirigencia cubana va a comenzar reales transformaciones que puedan implicar poner en peligro el poder? ¿Vamos a amplificar nosotros mismos, haciéndole el juego a la tiranía, que las migajas que ha anunciado Raúl, son realmente cambios?

¿El hecho de haber vivido medio siglo con un régimen inmovilista, nos va a hacer conformistas y casi considerar que si nuestro pueblo, que lo merece claro está, tiene un poco más de comida y ya no tienen que pagar 150 dólares por ejercer un derecho los que pueden viajar, ya eso debe aplaudirse? ¿Acaso no merecen los cubanos, además de poder alimentarse mucho mejor, también tener la libertad y el respeto a los derechos humanos de que gozan los ciudadanos de los países más prósperos del planeta?

Todo son mentiras, manipulaciones y más mentiras. El flamante nuevo dictador ha dicho, en su discurso el pasado domingo 24 de febrero, que “no se debe tener miedo a las diferencias”. Por su puesto, ellos no deben tener ninguno, pues son los que reprimen a quien las expresan, y solo el día en que sea desmontado el omnipresente aparato represivo, podrán los cubanos hablar sin temor a sufrir consecuencias.

Dice Raúl que las opiniones divergentes pueden expresarse siempre que sea en el marco de la ley. Bien, y ¿qué es expresarse en el marco de la ley? ¿Hay libertad cuando existen limites legales a la expresión de lo que se cree y piensa? No ha hecho más que ratificar lo que dice la constitución antidemocrática que declara válidos el ejercicio de las “libertades” siempre que no sea en contra de “la voluntad del pueblo cubano de construir el socialismo”.

En días pasados, el canciller del régimen, Felipe Pérez, ha suscrito en Nueva York el Pacto internacional de los Derechos Civiles y Políticos y el de los Sociales, Económicos y Culturales…, pero- y aquí está la esencia del asunto- ha dejado bien claro que el gobierno cubano "registrará las reservas o declaraciones interpretativas que considere relevantes". Es decir, que donde dice “digo” ellos pueden leer “Diego” y los presos seguirán en las cárceles y los disidentes y opositores continuarán siendo perseguidos y encarcelados.

Debemos decirlo una y mil veces, la dictadura continúa, y aunque Fidel Castro no esté ejerciendo el mando, lo cual es positivo, la estructura del sistema funciona como siempre, ahora teniendo en el poder a quienes han creado sus privilegios en estas décadas y no están dispuestos a perderlos.

Sin embargo, no podemos olvidar que el pueblo está cansado luego de casi 50 años de frustraciones, represión y engaños; y en esas ansias de cambios de los cubanos, es donde radica la esperanza de que la dictadura tenga fin. No puede negarse que se han creado expectativas, y como ya hemos dicho, ya ahora esas expectativas no podrán satisfacerse con promesas y retóricas.

Es por eso que es hora de apoyar a todos los cubanos que cada vez en mayor número sí piden las trasformaciones reales y no cosméticas. Es hora de apoyar con mayor fuerza a los demócratas, que en estas semanas han seguido su lucha pro democracia muy conscientes de que esa lucha es imprescindibles para el futuro democrático que merecen nuestros compatriotas.

Nuestra isla, para ser próspera y que los cubanos quieran vivir en ella y que sus hijos tengan un futuro, tiene que encaminarse claramente hacia transformaciones democráticas en todos los sentidos. Solo dando a los ciudadanos libertad plena que sea sustentada en transformaciones visibles y claras que comiencen por la liberación incondicional de los presos políticos y el fin de la represión contra el movimiento democrático, permitiéndole a este desempeñar su labor pacífica con entera libertad, sería la señal clara de que se ha tomado el camino del cambio.

El modelo chino o vietnamita del que se especula puede ser el futuro inmediato de nuestra querida tierra, no es el camino que conduce a esa libertad. No le hagamos el juego a la dictadura, porque en Cuba, aún no han llegado los cambios. Así de sencillo.

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