“Para Cuba que sufre, la primera palabra”. Y los que más están sufriendo son los cubanos que están en prisión injusta sólo por defender, promover y ejercer pacíficamente los derechos humanos universalmente reconocidos. Por eso reclamamos, no como gesto, sino como acto de justicia, la liberación inmediata, sin condiciones ni destierro, de esos hermanos nuestros.
Nuestro Movimiento nació inspirado en el Evangelio y en la enseñanza social cristiana, pero como movimiento no-confesional, en el que participan personas de diferentes denominaciones religiosas y otros que no profesan ninguna religión.
No hablamos ni actuamos a nombre de la Iglesia. Somos un movimiento cívico y político.
Durante años, nuestro pueblo ha sufrido un régimen totalitario que trata de apropiarse de la persona. Ha habido un intento sistemático de la descristianización de la sociedad por parte del gobierno, discriminación de los creyentes, confinamiento de miles de jóvenes en campos de concentración, exclusiones, destierro y algunos han dado testimonio de su fe hasta el martirio. Se mantienen todavía diversas formas de persecución, que se concretan en limitaciones a las iglesias, amenazas y bajezas contra sacerdotes religiosas y laicos, y una injerencia permanente y coercitiva del Partido Comunista en la vida de las iglesias.
Sin embargo los miembros activos de las comunidades cristianas, laicos, pastores, sacerdotes y religiosas, se han mantenido durante años evangelizando en Cuba, con humildad pero con firmeza y determinación, a un costo muy alto de limitaciones, trabajo y también de persecuciones. Todos ellos merecen que su imagen y la imagen de la iglesia de la que son parte, corresponda a la dignidad y fidelidad a Jesucristo con que han servido al los cubanos durante estos años, desde el Evangelio. Una imagen de complacencia con el régimen que oprime al pueblo, un silenciamiento de la injusticia y de la violación de nuestros derechos de los seres humanos, que sepulte el profetismo, que es vocación de la iglesia, es injusta en primer lugar con los católicos y con otros cristianos cubanos y es injusta también para la historia y puede ser motivo de escándalo para algunos.
Sabemos y agradecemos que los obispos cubanos y los representantes del Vaticano realizan gestiones humanitarias a favor de prisioneros políticos y trabajan ciertamente por el bien común. La Iglesia en Cuba cumple su misión de anunciar el Evangelio, a tiempo y a destiempo. Sabemos también que el Evangelio que Jesús nos enseñó es el Evangelio del Amor y la Liberación. Ése es el amor que llevó a los Apóstoles y a muchos cristianos de todas las épocas al martirio.
Nos inspiramos en los valores y virtudes cristianos en los que se forjó nuestra nación, para reclamar nuestros derechos y transformar la sociedad cubana sin violencias; para diseñar y realizar un proyecto cubano, entre todos los cubanos, basado en las experiencias de nuestro pueblo; para alcanzar el desarrollo en la justicia social, la solidaridad, la democracia y el respeto a todos los derechos de todos los cubanos.
Hemos proclamado que las autoridades deben devolverle al pueblo su libertad y sus derechos para que pueda ejercer su soberanía. Como nos enseñó el Padre Félix Varela, sacerdote y patriota, la soberanía polar es la garantía de Independencia Nacional, de la Democracia y de un verdadero Estado de Derecho.
“Para fundar un pueblo nuevo y de sincera democracia”, como anunció nuestro Apóstol de la Independencia, José Martí, estamos desarrollando la Campaña Foro Cubano, proceso cívico y pacífico que busca la liberación de los presos políticos pacíficos y cambios en las leyes para que éstas garanticen los derechos de los cubanos. Por eso, como parte de esta campaña cívica, presentamos el pasado 18 de diciembre, en las oficinas de la Asamblea Nacional del Poder Popular, un Proyecto de Ley de Amnistía, que ayudaría a abrir el difícil pero necesario camino de la reconciliación nacional. Presentamos también un Proyecto de Ley de Reencuentro Nacional, que permitiría superar la discriminación que sufre el cubano en su propia patria por ser cubano, o por ser de una determinada región del país, o por sus ideas políticas o religiosas. Antes habíamos presentado una demanda para que se derogara la actual Ley Electoral, ya que no permite que todos los ciudadanos puedan ejercer los derechos a elegir y ser elegidos consagrados en la Constitución de la República.
Más de 400 ciudadanos se han incorporado ya al Comité Ciudadano de Reconciliación y Diálogo que impulsa la Campaña Foro Cubano. LIBERACIÓN se pone al servicio de esta campaña cívica por los derechos de los cubanos y llama y anima a todos los cubanos a liberarnos de miedos, escepticismos e individualismos y a asumir el protagonismo de nuestra historia, para crear y legar a las nuevas generaciones una Cuba nueva, libre, reconciliada y en paz.
Dios bendiga al pueblo cubano y lo asista en esta misión.
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