En horas de la mañana del viernes 18 de enero del año en curso, fui detenido arbitrariamente en mi domicilio ubicado en calle Soledad, # 602, % Salud y Jesús, Peregrino, Centro Habana, por oficiales de la Seguridad del Estado, denuncia, Julio Beltrán Iglesias, corresponsal en la isla de Misceláneas de Cuba.Siendo aproximadamente las 11.00 AM, mi vivienda sede de la Biblioteca Independiente Patt Tillman, de la cual soy director hace ya casi dos años, fue invadida irrespetuosamente por tres oficiales de la Seguridad del Estado (SE), los cuales llegaron con tremenda expresividad en un auto Lada azul, y una moto Susuki, en la que se trasladaba el oficial que se hace llamar Tito, según planteaba el señor Alfredo Montano, Vicepresidente de la Liga Cívica Martiana, quien se encontraba en la vivienda.
Al ocurrir los hechos se encontraba también allí el lector Leonardo Castellano (este señor no es opositor) quien le planteó lo siguiente al señor oficial: "Solo me gusta la lectura sin censura, de la cual yo pueda sacar mis propias conclusiones, sin que me las dirijan."
Sin explicación fuimos conducidos a distintas Unidadades. Montano y Castellano fueron trasladados a la Unidad que se encuentra en Zanja y Lealtad. Allí los mantuvieron por tres horas, según declaraciones del señor Montano, el que fue amenazado de ser enjuiciado por la Ley Mordaza (Ley 88). También le amenazaron con que sus hijos podían sufrir las mismas consecuencias y que sería él el culpable si no se retiraba de hacerle la "contrapartida" al Gobierno, y estar apoyando a esos delincuentes que con mentira, piensan tumbarlo, me relató Montano.
Yo fui trasladado a la Unidad de Dragones y Zulueta. Allí fui interrogado, amenazado y hostigado por el Coronel Madraso; así se hacía llamar esta persona que no dejó de acusarme de cosas absurdas, que sólo se pueden escuchar de un gobierno tan totalitario como este. A su vez, es capas de violar sin escrúpulo alguno la Declaración de los Derechos Humanos y hasta la Constitución del país.
Fui acusado de Delito contra la Seguridad del Estado y de "antisocial", pues según ellos, yo no trabajo por que no quiero. Este señor me acusó de difundir noticias falsas al enemigo, de poseer propaganda enemiga y distribuirlas. Se me prohibió volver a la Iglesia Nuestra Señora del Carmen, donde todos los viernes se realizan oraciones por la salud de los presos políticos.
Después de ser hostigado por casi ocho horas, fui liberado. Pero antes me amenazó conque si aparecía en la Iglesia ese día, sería encarcelado ya que había montado un operativo contra todos los que fueran, y yo ya estaba advertido.
Solo les dije: "Aunque nací en cautiverio, siempre me he considerado una persona de libre pensamiento y de mis actos de los que soy responsable. Yo sé que esa libertad cuesta muy cara aquí, y estoy dispuesto a pagar por ella."
Más tarde, al llegar a la Iglesia donde me encontré alrededor de una veintena de personas, las cuales me abrazaron al verme, me di cuenta una vez más, que lo que yo hacía valía la pena, puesto que, según testimonios de los presentes, en ese momentos se iban a trasladar a cualquier Unidad a exigir mi liberación y mi ubicación.
A todos estos hermanos que se solidarizaron conmigo, les agradezco este gesto humanitario.
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