Realmente me siento muy identificado con el ejemplo de este hombre, que supo quedarse para siempre en la mente y en el corazón de todos los cubanos. Sin embargo, de ahí a crear en Martí la imagen de un hombre comunista, es como afirmar que Abraham Lincoln nació en Japón.
Tengo 34 años de edad, y desde que aprendí a leer y a escribir en las escuelas del castrocomunismo, los maestros del régimen me han enseñado que José Martí fue el autor intelectual del Moncada, y que además, su pensamiento se corresponde con los principios del marxismo-leninismo. No obstante, no tardé mucho tiempo en descubrir, cuando estudiaba en la universidad, que Martí no era ese que me habían enseñado los comunistas en las escuelas que estudié durante algunos años.
La prédica del gobierno cubano de que el Apóstol Nacional fue un convencido antinorteamericano y un ferviente comunista, ha sido una de las grandes manipulaciones que la dictadura castrista ha hecho con la historia de Cuba, y especialmente con la figura de José Martí.
Aunque Martí comprendió muy pronto que la independencia cubana de España era la única solución para Cuba, y que únicamente se lograría a través de una guerra rápida que evitara, al mismo tiempo, la intervención de Estados Unidos en la isla, lo cierto es que Martí admiraba los logros de Estados Unidos, y escribía al respecto: “Los cubanos admiran a esta nación (Estados Unidos), la mayor alguna vez edificada por la libertad.”
Las críticas de Martí a la sociedad estadounidense al afirmar de que ésta ponía demasiado énfasis en la riqueza material y los intereses individuales, no quería decir de que éste estuviera en contra totalmente, pues él creía en la iniciativa individual, la propiedad privada y el lucro honesto.
El régimen castrista ha puesto siempre énfasis en el culto a José Martí, sin embargo, manipulan los escritos del Apóstol a su antojo, siendo tamizados cuidadosamente sus textos para qué éstos reflejen su antinorteamericanismo y su admiración por algunas ideas socialistas. Pero lo cierto es que José Martí nunca fue un comunista, ni lo pretendió ser, ni fue un empedernido antinorteamericano, como si lo ha sido siempre Fidel Castro.
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