El 20 de enero, elecciones en Cuba
La ‘inteligencia’ española cree que Fidel Castro será apartado del poder el 5 de marzo· Ese día se constituye la nueva Asamblea Nacional que le puede dar el poder a Raúl.
El próximo domingo, 20 de enero, los cubanos están llamados a acudir a las urnas. Tendrán que elegir a los diputados que forman su Asamblea Nacional. Nada nuevo: todo está controlado por el régimen, y a estas elecciones, claro, como siempre, se presentará Fidel Castro, que será sin duda elegido. Es una mera formula, ya que el presidente de Cuba tiene que ser elegido entre los representantes que conforman la Asamblea Nacional.
El parlamento unicameral cubano, la Asamblea Nacional del Poder Popular, es el órgano supremo del poder del Estado. De los más de 600 miembros, la mitad es propuesta por el conjunto de diputados y delegados, y la otra por la sociedad civil. Sirven por períodos de cinco años. Todos los ciudadanos elegidos en los procesos electorales pueden forman parte de la Asamblea Nacional del Poder Popular, independientemente de que militen o no en el Partido Comunista de Cuba.
A estas alturas nadie duda de cuáles serán los representantes que formarán la nueva Asamblea cubana: serán en gran medida los que el régimen decida. Pero en esta ocasión hay una importante variante, dado el estado de salud en el que se encuentra Fidel Castro. Algo se está moviendo dentro del régimen, acuciado desde dentro y desde fuera de sus fronteras para iniciar un proceso de cambio político, y según fuentes bien informadas, ya hay un pacto entre Fidel Castro y su hermano Raúl para que el régimen subsista, pero abriendo las puertas a posibles futuros cambios políticos. En definitiva, a una especie de transición a la cubana empezando por la Jefatura del Estado.
El supuesto pacto establecería un nuevo status para Fidel Castro, que abandonaría de facto el poder absoluto a favor de su hermano Raúl. Eso, precisamente, es lo que deberá decidir la nueva Asamblea Nacional surgida de las elecciones del 20 enero. La fecha de constitución de esa nueva Asamblea se ha fijado para el 5 de marzo y es en esa sesión donde los representantes cubanos deberán elegir al cabeza de la Jefatura del Estado.
Hasta ahora, Fidel Castro ha ejercido como presidente del Consejo de Estado -el máximo órgano ejecutivo- y del Consejo de Ministros. Pero tras ser hospitalizado el 31 de julio de 2006, Fidel Castro delegó el poder, con carácter provisional, a su hermano Raúl, el Primer Vicepresidente.
¿Qué ocurrirá ahora? Para los servicios de información españoles no cabe duda: Fidel Castro dejará definitivamente el poder, lo que abrirá la puerta al inicio de lo que podríamos llamar una transición política, lenta pero inexorable, en la isla.
Medios cubanos sostienen, sin embargo, que, aunque por motivos de salud Fidel Castro deje, efectivamente, la Presidencia del Consejo de Estado, no dejará de tener una representatividad en la Jefatura. Al parecer, se barajan tres hipótesis como las más firmes: primera, que se le aparte del poder y se quede al frente de una especie de ‘Consejería’ no ejecutiva de la Jefatura; segunda, que mantenga el rango en la Presidencia del Consejo de Estado, pero con carácter ejecutivo –una solución que evitaría futuros problemas judiciales-, o tercera, que se cree para él una especie de Presidencia de Honor. Como se puede observar, cualquiera de estas soluciones es de carácter no ejecutivo, lo cual parece establecer que todas las funciones pasarán de forma directa a Raúl Castro.
El sistema electoral cubano
En octubre de 1992, el Parlamento cubano aprobó por unanimidad una nueva ley electoral que, por primera vez, estableció el voto directo y secreto en las elecciones provinciales y nacionales. La decisión de modificar la Constitución -aprobada en referéndum en 1976 para elegir por el voto directo y secreto de la población a los miembros del Parlamento y las asambleas provinciales del Poder Popular fue sugerida en el IV Congreso del Partido Comunista celebrado en octubre de 1991. O sea, en la difícil coyuntura económica que vivía la isla tras la desarticulación de la Unión Soviética y el campo socialista europeo.
En febrero de 1993 se celebraron elecciones a las que estaban convocados siete millones y medio de cubanos, de los cuales votó un 97 %. Los grupos opositores internos llamaron a votar en blanco o nulo como fórmula de rechazo al gobierno de Castro, esperando obtener más de un 30 % de voto nulo o blanco, pero obteniendo sólo un 10 %. La presencia policial en las urnas fue discreta, y la única vigilancia corrió a cargo de escolares.
Fidel Castro era uno de los 589 candidatos a diputados que, por primera vez desde la revolución de 1959, se sometió al voto directo y secreto de los ciudadanos, junto con 1.190 delegados a las 14 asambleas provinciales. Castro votó en la provincia oriental de Santiago de Cuba, por uno de cuyos distritos era candidato a diputado.
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