Tania Díaz Castro
LA HABANA, Cuba, enero, (www.cubanet.org) -Los comunistas son capaces de cualquier cosa. Desde lograr treinta millones de euros al subastar en Nueva York una pintura del expresionista alemán Ernst Ludwing Kirchner, como acaba de hacer la presidenta del Partido Comunista británico, Anita Halkin; hasta impartir lucrativas conferencias en universidades estadounidenses y aparecer en una campaña de la marca Louis Vuitton, como hace el ex líder soviético Mikhaíl Gorbachev.
Los comunistas que conocí en mi niñez, allá por los años cuarenta, daban pena, es la verdad. Eran los más pobres de mi pueblo natal villaclareño, Camajuaní. Apenas tenían muebles en sus casas, ni ropa que ponerse. Cualquiera podía compadecerse de ellos. Hablaban de mejores condiciones de vida para los trabajadores, de repartir las riquezas del país, de igualdad social. Eran bonitos sus discursos y uno podía pensar que tenían buenas razones para luchar contra los burgueses.
A comienzos del régimen castrista, tropecé con los otros comunistas, los de arriba, y cuál no sería mi sorpresa al sentir un inesperado olor a burguesía y una extraña postura aristocrática entre ellos. Recuerdo a Carlos Rafael Rodríguez, Juan Marinello, Nicolás Guillén y a muchos otros. Nunca olvidaré la visita que hice a la elegante residencia del poeta Pablo Neruda en Santiago de Chile, también comunista, pero con mayordomo y todo.
Conocí también a otros comunistas importantes. ¡Qué desilusión, Dios mío¡ Pude entrar a sus casas y ver como vivían.
¿Y qué me dicen de los nuevos chinos comunistas y millonarios que beben Havana Club Máximo, una mezcla de rones centenarios de primerísima calidad y exquisita factura, producida en Cuba, al precio de 1 500 euros cada botella?
Vienen también a mi mente ese sofisticado avión que hace poco se ha comprado en Rusia para su uso personal el anciano y enfermo líder comunista cubano, mientras los cubanos viajan en atiborrados “camellos”, y esa historia sobre su fortuna publicada por la Revista Forbes.
En fin, hay hombres que, por vivir como los ricos, se convierten hasta en comunistas.
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