Hay hechos en la historia de la humanidad que de tanto repetirse se convierten en situaciones normales. Hace algunos años, las elecciones con un solo partido político que acaban de realizarse en Cuba, seguramente hubieran sido motivo de análisis, de críticas, de protestas, pero también de justificaciones y alabanzas. El mundo estaba dividido en dos grandes corrientes que pugnaban por dominar a la humanidad, cada bloque defendía a sus aliados no sólo con argumentos, sino también con hechos, con armas, con enfrentamientos violentos.
¿Qué ha sucedido para que la humanidad acepte el dominio exclusivo de un solo partido político en la Isla, cuando en todos los lugares del mundo se proclama la democracia como la mejor forma de organizar la sociedad? No es concebible la democracia sin una apertura necesaria para que se expresen todas las concepciones, tendencias y corrientes que existen en relación con los asuntos de significación colectiva. Y no es aceptable que ningún pueblo, voluntariamente, decida expresar sus ideas sólo a través de un partido.
En relación con el sentido crítico de la sociedad humana, hay dos alternativas: en primer lugar, que la gente se hubiera cansado de criticar, denunciar y pedir y en segundo lugar que hubiera llegado al convencimiento que las formas no son lo más importante y que en Cuba hay una nueva democracia, una participación libre y consciente del pueblo en los asuntos que le incumben. No hay ningún documento definitivo y que represente a la sociedad internacional que respalde, la veracidad de alguna de las alternativas. Lo que no podemos negar es que muchos quedan estupefactos ante la uniformidad ideológica de ocho millones de personas.
Y en lo que respecta a los que habitan la Isla hay tres preguntas fundamentales que formular: ¿Su militancia disciplinada, constante, silenciosa, en el único partido político que puede realizar actividades, es voluntaria, no hay nada que les obligue o les restrinja? ¿Existen las condiciones legales, morales, administrativas para que se organice otro partido político y dispute el poder, democráticamente? ¿La oposición, como componente dialéctico del fenómeno político, está admitida en Cuba, obviamente con las libertades y garantías necesarias?
Podría recurrirse a un argumento válido en la proyección más exigente de la moral humana, para explicar la ausencia de pluralidad, de libertad para analizar y discrepar, tal explicación podría referirse al bienestar colectivo, justamente distribuido. ¿Pero, es evidente que los cubanos tienen ingresos equivalentes a sus necesidades, tienen buena alimentación, vivienda confortable, educación y salud suficientes.? Si fuera así, quizá tendríamos que revisar el tipo de democracia que practicamos en la mayor parte de países pobres, atrasados y dependientes de la periferia. ¿Si la democracia no sirve para resolver los problemas de la gente, qué sentido tendría como sistema político?
1/23/2008
Comentarios acerca de las elecciones en Cuba
Opinion.com.bo - El silencio o la aceptación respecto de las últimas elecciones generales llevadas a cabo en Cuba, con la participación de un solo partido político y la concurrencia disciplinada y uniforme de toda la población, políticamente activa, es una experiencia que debe ser cuidadosamente estudiada para tomarla en cuenta o para evitar que nunca se repita un orden en el que, obligada o voluntariamente, la gente renuncia a opinar y en su caso a disentir.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario