«Yo tomo pasta de coca todas las mañanas», reveló ayer el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, mientras pidió a gobiernos europeos que retiren a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y al Ejército de Liberación Nacional (ELN) del listado de organizaciones terroristas, y al presidente Álvaro Uribe, que las considere actores políticos para comenzar el diálogo de paz. Sin embargo, la respuesta de Bogotá fue considerar esta propuesta «desproporcionada».
El ministro del Interior colombiano, Carlos Holguín, aseguró que su Gobierno «no puede admitir una solicitud de esa naturaleza. El calificativo de terrorista no es gratuito y deriva de las acciones que hace», al recordar que la guerrilla secuestra, tortura y mata a mujeres, niños y hombres civiles y no en acciones de combate.
El ministro del Interior colombiano, Carlos Holguín, aseguró que su Gobierno «no puede admitir una solicitud de esa naturaleza. El calificativo de terrorista no es gratuito y deriva de las acciones que hace», al recordar que la guerrilla secuestra, tortura y mata a mujeres, niños y hombres civiles y no en acciones de combate.
El mandatario venezolano se mostró ayer como un pavo real después del éxito del rescate gracias a sus gestiones de Clara Rojas y Consuelo González de Perdomo, secuestradas por las FARC hace más de seis años cuando la primera era candidata a la Vicepresidencia con Ingrid Betancourt y la segunda miembro del Congreso.
En su mensaje anual a la Asamblea Nacional con motivo del inicio del año legislativo, Chávez comenzó su largo discurso con los pormenores de la reanudada operación que fue suspendida el 31 de diciembre porque las FARC no tenían a Emmanuel, el hijo de Clara Rojas nacido en cautividad. Relató que al tener las coordenadas enviadas por la guerrilla marxista del lugar de entrega de las dos mujeres en el departamento de Guaviare, «en menos de 24 horas ya habíamos rescatado a nuestras compatriotas».
Fidel Castro incluido
Uribe reconoció la misma noche del jueves su eficacia y rapidez en el procedimiento de la operación de rescate, esta vez «discreto». En su mensaje de agradecimiento resaltó la labor de Chávez, del Comité Internacional de la Cruz Roja, del embajador de Cuba en Venezuela y de Fidel Castro, «a quienes llamé un día antes para que participaran en la liberación», además de todos los países que se preocuparon por la suerte de las rehenes.
Uribe mencionó que los soldados colombianos estuvieron a dos kilómetros del lugar de la entrega de Clara Rojas y Consuelo González, «cumpliendo con honor la orden de no intervenir», pero recordó que hay más de 700 secuestrados por las FARC que «no han regresado aún».
Uribe mencionó que los soldados colombianos estuvieron a dos kilómetros del lugar de la entrega de Clara Rojas y Consuelo González, «cumpliendo con honor la orden de no intervenir», pero recordó que hay más de 700 secuestrados por las FARC que «no han regresado aún».
Sin embargo, el artífice del rescate no recibió bien las palabras conciliadoras de su par colombiano. Lo culpó de la fallida entrega en diciembre pasado. «Uribe pulverizó la confianza que le tenía. Claro que fue producto de infinitas presiones, especialmente las del imperio de los Estados Unidos».
Chávez propuso a Uribe retomar el diálogo para el canje entre rehenes y guerrilleros presos, «pero a otro nivel, no como terroristas». Previamente le pidió aceptar una especie de zona de despeje o «zona humanitaria» entre los dos países. Ofreció localizar en Venezuela «la retaguardia de esa zona en la frontera» como un «campamento de paz».
«Insurgentes bolivarianos»
«Las FARC y el ELN no son terroristas. Hay que darle un reconocimiento por su esfuerzo en la entrega de los retenidos. Ambas son organizaciones insurgentes con proyecto político y bolivariano», afirmó Chávez en su defensa cuando pidió a los países europeos retirarlas de su lista de terroristas.También negó que fueran «narcoguerrillas».
Por último, ante la mirada atónita de los embajadores invitados a la Asamblea Nacional, el mandatario confesó que consumía pasta de coca todas las mañanas. «Evo Morales me manda la pasta de coca. No es cocaína. En Bolivia es todo un sistema económico y social, yo la recomiendo».
No hay comentarios:
Publicar un comentario