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Aleaga Pesant
LA HABANA, Cuba, 14 de noviembre (Aleaga Pesant / www.cubanet.org) - Una de las tres organizaciones que participan del discurso democrático desde la socialdemocracia, el Partido Obrero Campesino, pidió formalmente su introducción en la Unidad Liberal de la República de Cuba, lo que fortalece esta tendencia política y el escenario prodemocrático.
Enraizado en la zona oriental y con asiento fundamental en la ciudad de Manzanillo, el Partido Obrero Campesino, fundado en marzo de 2003, es un desgajamiento de la Corriente Socialista Democrática Cubana y mantuvo hasta la fecha su visión socialista. Su presidente, Alberto Moreno Fonseca, se reunió con líderes de la prodemocrática Unidad Liberal la semana pasada para pedir formalmente su adhesión a esa concertación de fuerzas.
Alberto es un reconocido líder prodemocrático de esa región, con vasta experiencia política a nivel de base y de liderazgo nacional a lo largo de más de 20 años. De profesión zapatero, escaló gradualmente en la estructura democrática hasta establecer una organización de primer nivel.
La Unidad Liberal es coordinada por Héctor Palacios Ruiz, quien viajó recientemente a España para tratamiento médico, dejando a Francisco Chaviano como interino.
En su lista de líderes están Edgar López Moreno, quien recientemente fue nombrado Presidente Honorario de la Coalición Juvenil Martiana, José Antonio Vélez, del Movimiento de Integración Racial y León Padrón del Partido Liberal Nacional Cubano. Además de Guillermo Fariñas y Jorge Luis García, ambos lideres importantes en el centro de la isla.
A principios de los años 90 se creía que la tendencia socialdemócrata podría predominar dentro de las fuerzas republicanas, debido al alto nivel de profesionales universitarios graduados en el país, a la tendencia natural de los reformistas del Partido Comunista y a la presión que ejercería la Internacional Socialista en forma de respaldo a esta fuerza.
Sin embargo, los líderes socialdemócratas más importantes dentro de isla no parecen estar a la altura de las circunstancias, los comunistas no se transformaron y la Internacional Socialista negó su apoyo a unos y siguió apuntalando a la “dictadura del proletariado” y sus estructuras, como explica la reciente visita del líder socialdemócrata alemán Oskar Lafontaine.
Además, en el escenario internacional es evidente la mala imagen que deja entre los demócratas cubanos la actitud del Partido Socialista Obrero Español y su gobierno, quien bloqueó cualquier relación con los demócratas de la isla a través de su embajada en España.
Esa actitud desprestigió aún más cualquier apoyo que pudo tener la izquierda opositora entre la población.
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