Luis Cino
LA HABANA, octubre (www.cubanet.org) - Para intentar enterarse de algo
en la prensa oficial cubana lo principal es saber leer entre líneas.
Sólo así pudimos tener una pálida idea, en los años 80, de que pasaba
en Polonia o Afganistán. Poco supimos de la revolución de terciopelo o
la ejecución de Ceausescu. La desintegración del bloque soviético nos
pilló como un adoquinazo del muro de Berlín. O el derrumbe sobre
nosotros de una cuartería de la Habana Vieja (barbacoas y cochiqueras
incluidas).
Nada ha cambiado en la prensa cubana, de no ser para peor. Granma y el
Noticiero de Televisión apenas brindan noticias internacionales,
excepto las relativas a la vicaría caraqueña. No sabemos qué ocurre en
Myanmar, pero es mucho más difícil aún enterarse de lo que pasa en nuestro
país.
El 5 de octubre apareció en el periódico Juventud Rebelde una nota
firmada por la periodista Odalis Riquenes titulada “Semillero de futuro”.
Informaba de “una multitudinaria marcha” que tuvo lugar el día anterior
en Santiago de Cuba, “con la que estudiantes y profesores de la
Universidad de Oriente demostraron que ese sexagenario centro sigue siendo
un manantial de ideas para el torrente revolucionario”.
Añadía que la marcha estuvo presidida por el miembro del Buró Político
y primer secretario del Partido en Santiago de Cuba, Misael
Enamorado, el primer secretario de la Federación Estudiantil Universitaria,
Julio Martínez y el ministro de Educación Superior Juan Vela Valdés.
¿Algo haría sospechar en medio de tanto “fervor revolucionario” que
había problemas con los universitarios santiagueros? ¿Por qué no iban a
seguir siendo un manantial de ideas en la batalla de ídem?
Pues había problemas, y serios. La Universidad de Santiago estaba que
ardía. De ahí la marcha combatiente.
Todo empezó a mediados de septiembre cuando las autoridades docentes
intentaron separar a las hembras de los varones en los albergues para
estudiantes conocidos como “las becas Quintero”.
Fue la gota que colmó el descontento estudiantil por las malas
condiciones de vida en la instalación. Más de 300 jóvenes organizaron una
manifestación contra la rectora de la Universidad de Oriente, Zaida Valdés
Estrada.
La FEU apoyó a la rectora y anunció un “acto de masas” al que asistiría
Carlos Lage (hijo), presidente de la organización. Los estudiantes
dijeron no sentirse representados por la organización estudiantil
oficialista ni por Carlitos Lage, sino que necesitaban líderes como Mella,
Trejo y José Antonio Echeverría.
Las protestas se extendieron, con pancartas y más demandas también al
Instituto Superior Julio Antonio Mella.
La solución que hallaron las autoridades fue dar un pase masivo a los
albergados en “las becas de Quintero”. Los estudiantes se fueron de
Santiago hacia sus casas en las demás provincias orientales y los ánimos
empezaron a calmarse.
Cuando regresaron, hallaron, además de muchos “segurosos”, que habían
mejorado la alimentación, pusieron luces y eliminaron las malezas que
invadían la instalación. Se hablaba de reparar las derruidas
edificaciones y mejorar el abasto de agua a los albergues.
Casi 20 días después de las protestas, era el momento de organizar una
marcha combatiente, a modo de desagravio, que llegara hasta la posta 3
del Cuartel Moncada. “No para hacer la revolución, sino para
defenderla”, apuntó la periodista de Juventud Rebelde. Los más avisados
olfatearon “intriga en el ambiente”.
La rectora Zaida Valdés, unos días antes repudiada por los
estudiantes, ya más calmada, aprovechó la marcha para entregar al secretario del
Partido en Santiago “los compromisos de la Universidad de Oriente por
el aniversario 50 del triunfo de la revolución”.
El ministro Vela, por su parte, dijo sentirse emocionado por “la
disposición de los universitarios orientales de ser portadores de las nuevas
ideas del socialismo”.
La crisis en la Universidad de Oriente parece solucionada. Al menos,
por el momento. Los estudiantes suelen ser impredecibles. Si algo vuelve
a ocurrir en Santiago, nos enteraremos como esta vez. Una parte por
Radio Bemba (la interferencia electrónica hace inaudible “la radio
enemiga”). La otra, leyendo entre líneas en la prensa oficial. Ya estamos
acostumbrados.
luicino2004@yahoo.com
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