11/24/2007

Un día en Varadero


Fernando Ravsberg, Corresponsal de la BBC en Cuba


Las playas son abiertas para todos y allí extranjeros y cubanos pueden entrar en contacto.

Dejé de visitar a Leo porque lo veía incómodo cada vez que iba a su casa. "Es que si los inspectores ven el carro en la puerta pueden pensar que estas hospedado aquí y me meten una multa", me explicaba.


Fue una lástima porque su casa está frente al mar, en la calle 14, y su jardín termina en la arena. Arriba tiene dos habitaciones y una terraza desde donde se puede ver gran parte de la playa de arena blanca y agua azul-verdosa.


Leo, su esposa y su madre. Los dueños de la casa donde me hospedaba hasta que llegó la prohibición.
De todas formas mi esposa continuó yendo sola porque ella es cubana y puede pagar alquiler a un particular. El problema surgía cuando íbamos en familia porque somos dos cubanos y dos extranjeros, una mezcla complicada en Varadero.

Las leyes de este municipio estipulan que los extranjeros no podemos alquilar casas particulares mientras que los cubanos –igual que en el resto del país- no pueden hospedarse en hoteles.

A nosotros nos tocaría alquilarnos así: mi hijo mayor y yo en un hotel y mi hijo pequeño y mi esposa en una casa. Claro que podíamos buscar que estuviera cerca uno de otro y vernos todos los días en la playa.

Permisos especiales

Mientras los dos eran niños resolvimos con permisos especiales del Ministerio de Relaciones Exteriores y la presentación en la carpeta del hotel de los documentos que nos acreditan como matrimonio.

Cuando nuestros hijos crecieron las cosas se complicaron porque ambos tenían novia y ya no podíamos "resolver" también para ellas el hospedaje así que, un poco por eso y un poco porque querían estar solos, dejamos de ir a Varadero juntos.

Pero ahí no se acabó el problema. Durante el conflicto por el niño balsero, Elián González, tuvimos que quedarnos muchas veces en Varadero porque la familia vive a 15 km. del polo turístico.


Cada año llegan a los centros turísticos unas 2 millones de personas, pero sólo conocerán cubanos entre el personal que los atienden.
Si se trataba de un viaje planificado lo coordinábamos con la cancillería y nos daban permiso para hospedarnos en un hotel pero si era intempestivo teníamos vedado el acceso porque mi camarógrafo y mi sonidista eran cubanos.

Varadero es especialmente difícil porque es uno de los pocos lugares donde se conjuga que los extranjeros no podamos alquilar en casas y los cubanos no pueden tener acceso a los hoteles turísticos.

Claro que hay excepciones, como los 3 días que les dan a los recién casados o las reservas para trabajadores de vanguardia y por supuesto también para los jefes, aunque no sean de vanguardia.

Lo cierto es que si un cubano llega a la recepción de un hotel con su dinero en divisas y su carnet de identidad y trata de alquilar una habitación, la administración tiene la obligación de negarle la entrada.

Encerrados sin salida

En una ocasión alquilamos una casa del Estado en la zona 9 de la playa de Boca Ciega, a 30 km. de La Habana, e invitamos a una pareja de amigos cubanos.


A pesar de que en los hoteles ondea la bandera de Cuba, el cubano no puede hacer reservaciones aunque tenga el dinero para pagar el precio.
"Eso es imposible, lo siento", me explicó la carpetera. La pareja de cubanos podía visitarnos entre las 7 de la mañana y las 7 de la noche pero después debían abandonar la casa. Mis amigos y mi esposa sugirieron que les dijera que sí y después haríamos lo que nos diera la gana.

Sin embargo, las cosas no fueron tan fáciles, el primer día, a las 19 h en punto, un guardia de seguridad se ubicó frente a la casa y nos obligó a quedarnos encerrados dentro con las ventanas corridas. Al segundo día nos fuimos.

Este es un tema del que se hablado en varios de los debates políticos que se realizan estos días en Cuba. Incluso funcionarios de gobierno admiten que tanto nacional como internacionalmente da una imagen nefasta del país.

¿Podría ser todo más fácil? Sí, bastaría con aplicar la Constitución de la República de Cuba que dice en el capitulo sexto, articulo 43, que todos los cubanos sin distinción de raza, color, religión, sexo o nacionalidad "se domicilian en cualquier sector, zona o barrio de las ciudades y se alojan en cualquier hotel; son atendidos en todos los restaurantes y demás establecimientos de servicio público".

1 comentario:

Anónimo dijo...

Deseo desde Barcelona,que los cubanos tengan pronto,plena libertad,para decidir su futuro y moverse libremente por esta maravillosa Isla.El comentario que hace el corresponsal de la BBC,sobre la bonita casa de la c/l4 de Varadero,se corresponde con la familia de mi marido.La Sra, es la tia Fichu y su hijo Leonardo ,Hijo de Bebucho Morales.Saludos.Estel.la

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